Consejo Comunal La Floresta
  Historias de la Historia 3
 
La ciudad enfrenta la peor crisis del agua
Las fallas eléctricas convierten a la actual sequía en la más grave de la historia
La Caracas sin agua que retrataba Gabriel García Márquez en su crónica de 1958 ya se había enfrentado a la sequía dos siglos antes. La capital tuvo su primer racionamiento en el año 1793, cuando los frailes franciscanos, que controlaban el estanque ubicado en la esquina de Caja de Agua, alegaban poseer los títulos de derechos sobre el líquido.

A partir de allí el servicio se fue democratizando, pero las fallas continuaron. Más de doce crisis han afectado la producción, distribución y abastecimiento de agua en la ciudad. Entre todas ellas, la más compleja y profunda es la que protagonizan hoy los caraqueños.

La de 1979 fue complicada. Un incendio en la planta de tratamiento de La Guairita dejó a más de la mitad de la ciudad sin agua y alimentándose por varias días con camiones cisternas. La actual coyuntura, aunque está en desarrollo, desde ya se vislumbra como la más alarmante pues ocurre paralelamente a una crisis eléctrica.

La revelación corre por cuenta de la investigadora y docente Esther Elena Marcano, socióloga y urbanista de la Universidad Central de Venezuela y autora de La crisis del agua en Caracas. Elementos para el análisis de la política urbana, que se publicó en 1993.

"Todos los sistemas de bombeo y distribución de agua potable de Caracas funcionan con energía eléctrica", recuerda Marcano para explicar la gravedad de esta crisis que también será la más prolongada que haya vivido la ciudad.

"Las otras coyunturas del servicio se extendían por varios días pero nunca meses y se resolvían abriendo pozos. Se tomaban medidas mucho más rápidas. Mejorar la situación actual, en cambio, depende de los embalses y esto requiere de más tiempo", asegura la experta.

El racionamiento para el que se prepara la capital, según estimaciones de Hidrocapital, durará al menos seis meses.

Política urbana al revés
El agua siempre llegó a Caracas detrás del proceso de urbanización. Contrario a lo que ocurrió en Bogotá donde el sistema de planificación urbanístico obligó a los habitantes a instalarse sólo en los lugares donde ya existían redes de agua, en Caracas primero llegaban los residentes y después se instalaba el servicio. Es lo que Marcano llama una "ciudad hecha a pedazos" y, a lo largo de los años, la crisis del agua siguió arrastrándose por esta modalidad de ocupación del espacio.

Las razones por las que grandes sectores de la población no puedan acceder al servicio de manera continúa hay que buscarlas, según Marcano, en la política urbana del Estado, "en la forma como se urbaniza y en la visión de dar agua que el Estado como ente político tiene".

Medio año de cortes programados de agua de hasta 48 horas en lapsos de una semana, que comenzaron a aplicarse el pasado 2 de noviembre del 2009, son también el resultado de un acueducto metropolitano que dejó de recibir el cuidado y mantenimiento permanente y minucioso que requería.

"Históricamente han sido los vecinos quienes informan a la empresa hidrológica por donde pasan las redes del agua, porque ésta muchas veces lo ignora. Cuando hay una ruptura en una determinada calle, son los vecinos quienes alertan sobre los botes a Hidrocapital, cuando es la empresa quien debería estar monitoreando sus redes. Eso es lo que ha pasado con el acueducto metropolitano, Hidrocapital siempre está esperando ser informada sin ocuparse del mantenimiento permanente y el control de las fugas".

Que no se ha construido nada en la última década es para Norberto Bausson, ingeniero y presidente del Instituto Municipal de Aguas de Sucre (Imas), otro de los agravantes de la crisis.

"La única salida que queda es un programa de perforación de pozos para abastecer a la ciudad, pero cualquier tipo de obra no se va a hacer hasta finales del año que viene", declaró.

La ciudad todavía espera la culminación del Tuy IV, "que el presidente Chávez dice que se está construyendo desde 1998", agrega Marcano.

Otra antigua deuda que el Estado tiene con los caraqueños es la construcción de una planta de tratamiento de las aguas usadas, que no existe en la capital.

"En la zona de El Encantado, en la salida de Petare, se proyectó una planta de tratamiento que nunca llegó a construirse. El sitio fue invadido y después se construyeron allí unos edificios. Las aguas servidas de Caracas caen directo al Tuy sin tratamiento", rescata Marcano.

Desde los años 1600 hasta hoy,
 el sistema de agua siempre estuvo en déficit (hoy es de 25%), las proyecciones que se hicieron de la población nunca se correspondieron con la realidad y por eso las crisis del agua en Caracas se repiten periódicamente desde hace mucho tiempo de manera cada vez más compleja.
Delia Meneses
EL UNIVERSAL
 
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